La preparación del pan consistía en:
En primer lugar, se sembraba el cereal (en otoño), y se recogía en verano, cuando ya estaba seco. Después, el grano se molía en el molino, para obtener la harina.
Una vez obtenida, se cogía un recipiente, y en su interior, se echaban la harina, sal, y levadura derretida en agua templada. Se amasaba, hasta conseguir una masa uniforme que sólo se pegara entre sí.
Luego, se tapaba con paños limpios, para que guardara el calor y aumentara hasta alcanzar el doble de su volumen, y tardaba entre 1 y 2 horas, aproximadamente.
Por último, estiraban la masa con un rodillo y le daban la forma que quisieran (hogaza, barra, trenzado,…) y se metía al horno para cocerlo.
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